Antes que nada, un abrazo muy fuerte a todos aquellos que váis por la vida con las llamadas restringidas en el móvil. Me desesperáis, pero sois tan ineptos que podría dedicaros un artículo entero.
Hola a todos desde el salón/sauna de mi casa. Me cago en todo, qué mierda de calor hace.
Tengo móvil nuevo, porque me lo he comprado.
No sé, quería tener uno que me gustara de verdad, que no me fallara la batería, que no fuera lento, que no fuera lioso... Y por eso me he comprado un Blackberry, posiblemente el smartphone más jodidamente difícil de configurar del mercado.
También es que quería estar un poco mejor organizado, por lo de la memoria de pez y eso.
Me he pegado un poco la paliza de trastearlo un par de días como si no tuviera otra cosa que hacer en todo el verano. Que tampoco la tengo.
Lo bueno es que como se trata de un teléfono de ultimísima generación, puedo estar conectado a todas horas, mirar la pantalla y saber qué mierda me han mandado por Facebook, o qué correo basura tengo a cada momento.
Y todo esto os aseguro que sería del todo genial, si no fuera porque no puedo conectarme a internet. Coño.
Resulta que aunque tengo WiFi en el móvil, puedo conectar con el router de mi casa, y en teoría acceder a internet. Pero la Blackberry está diseñada de tal manera que si no contratas un plan de datos adicional con tu compañía, no puedes "disfrutar de los servicios destinados a descarga de datos", osease el 70% de lo que puede hacer el móvil.
Todo esto lo sé porque soy más listo que tu, y porque he leído un extenso comunicado por parte de un técnico de
"Contratad internet, usuarios de mierda."
Y aunque estoy deseoso de darle todo mi dinero a mi compañía, no puedo cambiarme de plan de datos hasta el 12 de Agosto, porque es cuando empieza el mes de mi tarifa.
Así que esta actualización se podría resumir en: "Tengo un calor del copón y un móvil con acceso a internet que no accede a internet. Pero soy feliz."
Así somos los gilipollas, gente sencilla de aspiraciones llanas.
Ha costado 70€ la broma a todo esto, lo digo por si el chiste anterior no se entendió muy bien.
Son las 8 de la tarde ahora mismo, y aunque no tengo absolutamente nada que hacer, se ha despertado un deseo irrefrenable de dejar de escribir y seguir perdiendo el tiempo pero con otra cosa, como por ejemplo, limpiar mi habitación. Y quiero terminar antes de que anochezca porque sino me pierdo para salir, de la mierda que hay.
Coño, cuando llego al final de un artículo nunca sé cómo despedirme.
Adios. Leer más...