No quedan más vacaciones, nos las hemos comido todas ya.
Ahora supongo que toca hacer un resumen de lo que ha sido la semana santa. Pero qué va, qué rollo. Paso.
Ahora que sacáis el tema, hoy no he venido a hablaros sobre las fiestas, sino sobre los pobres. "¿Y qué cojones tendrán que ver los pobres con la semana santa?". Pues nada, pero me pasó algo relacionado con el tema, y voy a contarlo a ver si os partís el ojete un rato. Para variar.
Voy a enumerar las distintas situaciones posibles con un extraño en la calle, de menor a mayor repulsión que me producen:
1. Que un extraño se dirija a mí: No es que me moleste, pero ya de entrada, empieza a ser un obstáculo para llegar a dondequiera que estuviera llendo. Yo es que siempre llego tarde, soy todo un señor.
2. Que un extraño me hable: Por ejemplo, esperando el bus, cuando una señora te dice que si vaya rasca ha entrado de repente, o que si se ha dejado la ropa tendida, o vaya usté a saber qué mierda más. Tampoco me molesta, pero mi padre no me deja hablar con desconocidos.
3. Que un extraño me toque: Es muy sencillo. Si no me conoces, no me toques. Siempre llevo preparada una cizalla plegable, para cuando alguien me toca en el brazo y me dice "Perdona", justo antes de pedirme algo.
4. Que un extraño me pida algo: Por ejemplo, tabaco. Es decir, esto es muy simple. ¿Por qué no tienes tabaco tú? Porque no te llega el dinero. ¿Por qué? Porque está caro. Que pasa, ¿que a mi me lo rebajan o algo? que no me importa darte un cigarro, sólo porque me has visto fumandome uno, ¿Verdad?
"Anda y corre a mear", le dije al último chaval que me pidió un pitillo, en la parada del bus por cierto.
5. Que un extraño me pida algo material: Por poner un ejemplo, al azar, dinero. NO tengo dinero. Esto es cierto, NUNCA llevo monedas sueltas en los bolsillos. Me dan mucha rabia, en serio.
Qué va, coño. Es que siempre pienso que lo quieren para droga.
6. Que se trate de dinero: Mierda. No había leído este punto cuando empecé a escribir sobre el anterior.
7. Que me lo exija: "Amigo dame un euro". Te voy a dar una puta mierda, colega.
Mucha gente ahora estará pensando que todo el mundo me cae mal. No es cierto, en realidad mi hermana no.
No, ahora en serio, mi novia tampoco me cae mal.
Todo este rollazo os lo he soltado porque viene a cuento
El otro día después de comer, paseando por la calle con mi novia (que por cierto, ¿puedo saludar? ¿Si? "¡Hola Cariñoo! ¡Mira, salgo en internet!"), una mujer se nos acercó, diciendo "Oye perdonad, perdonad un momentico pero esperad porque esque estoy super nerviosa, que me ha pasadbla bla bla rollo macabeo".
Resulta que nada más ver a esa mujer de unos 30 años y una pinta de jonky que no puede con ella (aunque no la juzgué a primera vista), pensé que la conocía de algo. Su cara me empezó a sonar, pero no caía.
Mientras tanto, ella me contaba su vida o no se qué polladas. Yo no le estaba atendiendo, pero os resumo un poco de lo que iba el tema:
"Oye que mirad que acabo de salir de urgencias, y estoy super nerviosa porque no me ha pasado nunca, que me ha dado un cólico y he estado ahi muy mal, y acabo de salir y hay qué penica porque no tengo dinero por dios. Y tengo que ir al Albujón pero no me da para el autobús".
"Espera espera espera". - Le corté yo, preparándome bien.
"No si ya lo sé, si eso ya me lo contastes. ¿No te acuerdas? Mira, vamos a hacer memoria:
Fue hace un par de semanas, quizá tres. Yo llegaba a mi casa de vuelta, y me parastes en una esquina. Me contastes lo mismo pero, hija qué quieres que te diga... La otra vez te lo habías currado un poco, no sé. Llevabas la pulsera que te dan en urgencias, un corte mal curado en la muñeca, y además ibas tan sucia y mal vestida que hasta dabas pena y todo.
Pero es que hoy te veo así, vestida tan mona, con tu chupica de cuero que no es cuero que es plastiquete, los vaqueros a juego, el pelo limpio, y las gafas de sol... Y la verdad, no me has removido ni los gases chica.
Pero en realidad me da pena igual. Me da pena, porque soy una persona que como tengo mala idea, que yo sé que la tengo, cuando te conocí aquel día, por primera vez no en meses, sino en AÑOS, me puse en tu lugar, y te di el dinero para el autobús. Lo recuerdo porque era todo lo que me quedaba en el bolsillo.
Lástima que no te compré el billete en el autobus, con un par de cojones, y te hubieras ido a tomar por culo un rato.
Y te digo que me da lástima, porque por culpa tuya, lo más seguro es que no le vuelva a dar dinero a alguien que me pida por la calle, por mucho que le vea bien jodido. Porque por tu culpa, siempre pensaré que es para droga.
Se te tenía que estar callendo la cara a trozos ahora mismo de la vergüenza, guapa. Ale, que pases buena tarde, a ver si te va bien."
La chica se quedó en la misma posición que cuando empecé a hablar, al menos, hasta que doblé la esquina. Menos mal que no me respondió, porque aparte de ser el típico tío pelmazo que cuando te suelta un rollo es porque tiene razón... Siempre grito más fuerte.
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Como dicen los cómicos de verdad: "Y esto es verdad, esto me ha pasado."
Sí, amigos. Cuando una persona con poco... Cuando alguien sin...
Cuando un pobre me pide dinero, pienso "Hay, qué penica..." Pero mi conciencia termina la frase: ...Pero no que es pa droga.
Por cierto, si hay algún pobre entre los lectores, que me disculpe pero esta página es de humor ácido, y claro... Hay que ser un poco hijo de puta para mantenerla.
Bueno, un saludo a todos, y buen fin de semana.
Ale, tres actualizaciones llevo esta semana. A tomar por culo, que es puente. Leer más...