viernes, 4 de marzo de 2011

Hoy, adios a un amigo

Esta ha sido una semana para darse cuenta de cosas. Para pararse a pensar, y mirar alrededor. ¿Qué tengo, por qué, y qué quiero tener?


Seguro que más de uno de los que estáis leyendo esto, sabe lo que es un amigo de la infancia. No tiene que ser tu mejor amigo, basta con haber compartido con el una parte memorable de tu niñez. Él es ese amigo que, aunque esté fuera de tu círculo de amistad, siempre es tu amigo de la infancia. Siempre le saludarás por la calle, y siempre que puedas, te sentarás con él y dos cafés, a conversar sobre el presente, y reírte del pasado.

Yo tenía un amigo de la infancia. Se llamaba Ángel, y ya no es mi amigo de la infancia. De hecho, ni siquiera es mi amigo. Ojalá se hubiera muerto. Así sería menos vergonzoso y humillante para mí aceptar el motivo de que no vaya a volver a mi lado. Porque nunca va a volver, esas cosas se saben.[EDITO: La frase anterior no quiere decir que le desee la muerte a mi amigo, sino que hubiera preferido perderle por esa causa, que por la que paso a explicar. Sé que a veces soy un tanto gore]

Como decía, un amigo de la infancia no tiene por qué ser uno de tus amigos en el presente. Pero casualmente, esta persona ha sido siempre mi amigo de la infancia, y el mejor de mis amigos. Siempre le he contado todo. He consultado cosas con él incluso en ocasiones en que sabía que las conclusiones a las que llegaría no me servirían de nada. Porque era mi amigo, y me apetecía oír qué pensaba de mí.

Hemos pasado épocas no demasiado buenas, en las que apenas nos hemos visto. A pesar de ello, siempre he sentido a Ángel a mi lado. Siempre he sabido que si levantaba el teléfono, él iba a ser el primero que querría escuchar aquello de lo que yo tuviera que hablar.

Para ir un poco más allá, tengo que reconocer que el único castigo al que alguna vez he temido, es no poder bajar a su casa (ha sido siempre mi vecino de abajo, por suerte) a jugar un rato. Porque cada tarde, encontraba un momento para bajar a su casa, preguntar por él, y compartir las que luego serían las mejores horas del día.

Las cosas cambian, y con el tiempo la gente también lo hace. Con el paso de los años, cada uno empezamos a pensar distinto en muchos aspectos. Ni siquiera esto fue suficiente para que nos cabrearamos. Teníamos nuestras discusiones. Pero cuando zanjábamos el asunto, volvíamos a ser los mejores amigos del mundo.

Huelga decir que mi amigo me defendía a capa y espada. Aunque han habido épocas en que nos hemos metido el uno con el otro, hemos sido siempre en ese sentido algo comparable al tema de las madres: Puedes estar indignado con la tuya, pero si alguien habla mal de ella, te enciendes como si te tocaran el alma.

Ahora yo, cuerdo cual pensador griego en la época de oro de la filosofía, me pregunto: ¿Cómo puede ser que a día de hoy, el que fue el mejor de los amigos que he tenido, sólo tenga palabras de desprecio para mí? ¿Por qué cada vez que hablo, le jodo el día a mi amigo? ¿Por qué actualmente mi amigo se esfuerza más en anularme como persona que en aprobar el curso de una vez por todas?

Mi amigo es un mierda.

Un día, hace dos años, mi amigo de la infancia y mejor amigo de siempre, se echó novia. Ese día empezó a dejar de ser mi amigo, sin saberlo. Su novia tiene 6 años, aunque aparenta 11 más. Su novia piensa como un niño pequeño. Por lo tanto, si estás acostumbrado a decir lo que piensas, o a hablar con realismo, lo más probable es que le caigas mal. Por eso mismo, siempre he sido el único de los amigos de Ángel al que no traga.

Otro buen día, la novia de mi amigo decidió que yo, efectivamente, le caía mal. Progresivamente, mi amigo comenzó a no llamarme, a no quedar conmigo, a no saber nada de mí, y con el tiempo, a hacer que yo tampoco supiera nada de él.

Así han pasado estos dos años. Cada vez que le intento mirar a los ojos, nos separan 100Kg más de tierra.

Mientras todo esto sucedía, a cuantas más patadas él me ha dado, más empeño he puesto yo en arreglar una amistad que hace tiempo que huele a podrido. He intentado hablar con su novia, he hablado con él. Los dos son unos críos. Razonan cuando les pones las cartas en la mesa, pero cuando vuelves la mirada, ya la están haciendo "limpia" (como dice mi tía).

Mi amigo me ha rechazado, me ha despreciado ante el resto de amigos de la antigua pandilla, ha renegado de mí, ha cancelado citas, ha ignorado mis llamadas, e incluso ahora mira al suelo cuando me lo cruzo en el ascensor. Mi amigo es un desconocido, que cuando puede, me dispara.

El que fuera mi amigo ya no lo es, por la sencilla razón de que su novia no me puede ni ver. No voy a entrar en -más- detalles.

Mi amigo de la infancia ya no es mi amigo. Ahora, es un mierda.
Es un mierda al que siempre le guardaré un lugar limpio, fresco, seco, y alejado de los niños en el más profundo rincón de mi memoria, por lo que ha sido.



A día de hoy, sé que le he perdido, y que me ha perdido él a mí también. Sé que un día me llamará con la excusa más absurda del mundo, balbuceando, con la boca llena de remordimiento...

...Y por eso sé también que por mucho perdón que le llegue a regalar, jamás volveremos a ser los mejores amigos que durante 17 años fuimos. Sé que algún día, él encontrará el lugar de su pelvis donde se encuentran sus cojones, y conseguirá mirarme a la cara y decirme que lo siente. Porque yo sé que lo siente, aunque no se haya dado cuenta todavía.

Mi amigo, ya no es mi amigo, es un mierda. Pasar por esto que estoy pasando es doloroso. No se lo deseo a nadie, ni al peor de mis enemigos, el que hace dos años, fuera mi mejor amigo.
__________________________________________________________________________
Efectivamente, que una persona te eche a patadas de su vida hace daño. Espero que nadie lo llegue a averiguar nunca, o al menos no de esta manera.

Hoy ha sido un día de darle vueltas a la cabeza. Lo cierto es que todo esto lo tengo muy asumido. Pero cada vez que pienso en ello, quema.

Alguna vez volveré a hablaros de mi mejor amigo. Probablemente, cuando desaparezca alguna de las 5000 millas que nos separan a día de hoy. Espero no estar casado para entonces.

Por cierto, si alguien ha reconocido al protagonista del artículo sólo con dar su nombre de pila, que mantenga el anonimato. Podéis comentar lo que queráis, pero no digáis su nombre. Gracias.

Os deseo a todos un buen fin de semana. Pasadlo bien, y contadmelo despues

Un abrazo.

7 comentarios:

  1. Joder Vicente, me gustaría que cambiaras de opinión...los buenos amigos se mantienen hasta la muerte....y vosotros dos lo habeis sido siempre. Espero que esta mala racha lo supereis como habeis superado tantas cosas de vuestra vida juntos. Espero también que su novia "crezca" como persona y se de cuenta que su novio puede tener tambien un amigo de verdad.
    Besos hijo mio, que se que por lo que estás pasando es super duro para ti....

    ResponderEliminar
  2. Bueno, podré vivir con ello, que todavía no me he intentado gasear. Y para cómo funciona el calentador de mi casa, fácil es...

    Jajaja, no me voy a esperar a que crezca nadie más. Creo que un par de años recibiendo palos son suficientes para apartarse un poco...

    Un beso, y vuelve al trabajo, que yo sigo en el paro...

    ResponderEliminar
  3. Me da mucha pena que haya terminado asi, pero por desgracia se veia venir, cuando una parte lo da todo y la otra lo desprecia como si nada, aunque duela, es mejor olvidarlo y tirar para adelante, porque te encontraras muchas personas que por mucho menos seran mejores y sobretodo actuaran como un buen amigo.

    ResponderEliminar
  4. me gusta, muy frío pero certero. Algunas veces la amistad tiene eso...que por causas ajenas a tu voluntad, e incluso a la suya, deja de ser amistad. A pesar de lo que dice Belén, con lo que dice no le arriendo futuro a esto, ya sabes...tiran más dos tetas que dos carretas, y esto me parece que va de tetas

    ResponderEliminar
  5. Totalmente de acuerdo, Antonio. De hecho, le he nombrado abiertamente en el artículo, por si dentro de unos años lo descubre y me demanda por ello.

    Así, me aseguro que nos sentaremos a hablar un rato, aunque sea obligatoriamente, jeje.

    En otra ocasión hablaré de la comida en tu casa. Jajaja

    Un abrazo, Antonio! (:

    ResponderEliminar
  6. es muy triste, de verdad. a mi m paso lo mismo hace poco con quien era mi mejor amigo y te entiendo de verdad. yo ya lo tengo asumido aunque a veces duela. lo hecho de menos,era como mi hermano.
    de hecho, si alguna vez se molesta en pedirme perdon, cosa que dudo que haga, nunca lo aceptare.
    la vida tiene sorpresas y hay que pasar por ellas. aun asi, me da mucha pena porque se lo buenos amigos que erais.
    menos mal que no estamos solos...
    un besazo enorme y nos vemos pronto!

    ResponderEliminar
  7. Raquel: Pues sí, da pena. Pero cuanto menos tarda uno en saber qué tiene, antes puede seguir hacia adelante.

    Aun así, como dices (y por suerte), no estamos solos. Hay que aprovechar eso..

    Un beso, Raquel! Espero que te sigas dejando caer! :)

    ResponderEliminar

Free counter and web stats