Una de piratas

Estoy de vuelta, después de una época de exámenes un tanto peculiar.

Digo peculiar porque pocas veces me he quedado estudiando o repasando hasta las cinco de la mañana para que no me acabara sirviendo de nada. Ni me han mandado a septiembre casi casi por culpa del profesor. Aunque tampoco me han aprobado nunca antes un examen de septiembre en Junio...

Lo cierto es que vuelvo para contar algo de mi último fin de semana. A los que les gusten más los dibujicos que las letricas y le hayan dado para abajo a la página para ver cuánto rollo estoy a punto de soltar, se habrán dado cuenta. Para el resto me dejo de rodeos, vaya a ser que la página la cierren, directamente.


Estuve haciéndo de Pirata el sábado y domingo. Trabajando para un grupo de teatro, haciendo las visitas teatralizadas al fuerte de Navidad desde el barco del puerto (el Catamarán). Y tuve la interesante oportunidad de estar en contacto con el público, contar una historia, involucrarles, pasear por cartagena caracterizado a la perfección (diría yo, ya me diréis vosotros..) y cómo no, de actuar c:


Quizás parecerá una tontería, pero siempre había tenido el gusanillo, comprobar lo que se sentía desde ese punto de vista. Ahora sé que me encanta, y que por supuesto repetiría.

De hecho, me da hasta lástima tener que sepultar al menos por tiempo indefinido al personaje de Morato Arráez, al que ya me había hecho y cogido cariño.

Hablando de trabajo, han sido unos dos días que han parecido como poco cuatro, ha sido mucho trabajo. En realidad no tanto, pero desgasta mucho.

Adaptarse al horario, tener que dormir lo suficiente, recuperarse de una función a otra (eran sólo dos por día, pero después de 2 horas y algo más vestido de época... Con esas botas... Oh, sobre todo las botas. Cómo salían los pies después)...



Además, el que tenga Facebook sabrá que por si esto fuera poco, ahora tengo una colección de más de 200 fotografías diría yo (No estan subidas todas, por Dios), que puedo o podría perfectamente emplear como Book. Y esto es gracias a que me estuvo acompañando en todos los pases Cristina, angelico mío, que se comió todas mis horas de trabajo, pero sin cobrar. Todo ello para, disparo a disparo, inmortalizar un momento (creo yo, o al menos para mí), memorable. Por supuesto, como podréis ver, lo hizo de maravilla. Muchas gracias, cariño =)


Como he dicho antes, me lo he pasado completamente genial. Sin duda, el trabajo mejor trabajo atípico que he tenido hasta ahora. Claro, digo mejor porque también hay que tener en cuenta cuando repartí publicidad vestido de duende o de explorador, y cuando tuve que hacer de animador en comuniones vestido de algún que otro personaje de Disney.




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Una canción que se está repitiendo bastante en mi reproductor es Draw The Line, de los Runnin Wild. Escuchadla por Spotify que suena mejor ;)




Espero que os gusten las fotografías. Intentaré estar algo más apegado al blog que estos días. La verdad es que es un ejercicio que también me gusta mucho =)





Gracias por pasaros, y recordad que comentar es gratis ;)

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