lunes, 13 de diciembre de 2010

Hoy, he visto un anuncio


Nada mejor que empezar el artículo con un chiste. Lo gracioso es eso, que hubiera visto SÓLO uno.

Recuerdo cuando me pasaba la tarde viendo series en la tele. Entonces, en los anuncios te daba tiempo a hacer un problema o dos, adelantar algo con la tarea. O quizás llamar a un amigo y comentar el programa. Ahora, puedo tranquilamente estudiar un tema o dos, escuchar un par de discos, o resolver un cubo de rubik de muchas caras.


Este es uno de los principales motivos por los que he dejado con el tiempo de ver televisión. Ahora, si me engancho a una serie, me la bajo y me evito acostarme a las 2 viéndola a su hora.

Sin embargo, ni con esas me libro de la Publicidad. Parece como que me persiguiera. Bueno, a todos. Pero a mí me molesta muchísimo. Odio la publicidad.

Cuando visito una página, me salen uno o dos cuadritos a los lados, que son publicidad. Si hago click en ellos, me abre publicidad. Si los cierro donde pone CLOSE, me abre publicidad. Aparte, incrustados en todas las páginas, hay más cuadritos de publicidad. Esos ni se pueden cerrar.

Además, a veces, al abrir una página, puede que salgan una o dos ventanas aparte, que son publicidad. Eso sin contar que incluso en Google, cuando buscas algo, los dos primeros resultados que te salen suelen ser publicidad. Por no hablar de Youtube, que TODOS los videos tienen ahora un cuadro de publicidad que sale a los 10 segundos. Y ahora muchos otros vídeos, llevan la publicidad incrustada al comienzo.

Si se me ocurre ver algún capítulo de una serie on-line, en la página de la cadena de televisión, también hay anuncios que saltan cada equis tiempo.

Soy de la opinión de que la publicidad es un servicio opcional. ¿Por qué hemos llegado a este punto?

Lo peor de todo es que podría estar en nuestra mano terminar con esto. A la larga, por supuesto. Pero si todos colaborásemos, podría cambiar algo la cosa. Si cada persona que se molestara por la cantidad de anuncios que tiene que cerrar para ver su correo, su vídeo, o su página de tetas preferida, escribiera al propietario de la página para quejarse… Dentro de un tiempo, alguien haría algo.

Pero como esto no sucederá, porque nadie hace eso (¿O acaso nadie le da a “No enviar”, cuando Windows reporta un error?), supongo que habrá que acostumbrarse a ser el rebaño consumista que todo empresario desea que seamos…

Ojo, que tampoco estoy haciendo un ensayo-reivindicación, pero es lo que hay. Nosotros compramos. Ellos tratan de que compremos lo que quieren, lo que más dinero les da.
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Qué mejor para acompañar este artículo, que una canción de anuncio?
A ver si reconocéis dónde salía la de Ya No Sé Qué Hacer Conmigo, del Cuarteto de Nos:


Aunque el tema del artículo pueda ser aburrido, a todos nos atañe, y a todos nos suceden estas cosas. Aunque no esté del todo en nuestra mano cambiarlo, es una realidad que seguirá aquí mismo.

Si alguna vez te pasó algo de esto, coméntalo.

Un saludo a todos =)

PD: Comenta tus experiencias más… ¿Raras? con la publicidad!

EDITADO: Para que veáis hasta qué punto llegamos, no he conseguido compartir la canción sin que se incruste publicidad.

2 comentarios:

  1. Dinero,dinero y más dinero. Supongo que eso es lo que le pagan las empresas al dueño de una página por poner su anuncio en ellas.
    El dinero es el nuevo dios.
    Y nosotros,a comérnoslo con patatas :/

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  2. Literalmente, Isa.
    La publicidad patrocina incluso nuestros viajes. Y sino, mira el cartel de El Corte Inglés, nada más salir de Cartagena por la Autovía

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